El Ángel de la Abundancia
AFIRMACIÓN: Yo soy la Vida Abundante y el Amor de Dios vive en mí.
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Parte III La ciencia de la creación deliberada.
Eshter y Jerry Hicksi
Jerry: Bien, Abraham, supongo que el primer tema del que nos hablaréis con detalle es la Ley de la Atracción. Sabemos que es la Ley más poderosa.
Abraham: No sólo es la más poderosa del Universo, sino que es necesario entenderla para que todo lo que os vamos a enseñar pueda serviros de algo. Tenéis que comprenderla para que cual-quier cosa que experimentéis en primera persona, o que veáis que experimentan los demás, tenga algún sentido. La Ley de la Atracción influye en vuestras vidas y en la de las personas que os rodean. Es la base de todo lo que se manifiesta, de lo que llega a vuestra experiencia. Es esencial ser consciente de ella y comprender su funcionamiento para vivir la vida con un propósito. De hecho, es esencial para vivir la felicidad para la que os habéis encarnado.
La Ley de la Atracción dice: todo objeto atrae aquello que se asemeja a sí mismo. Cuando decís «Dios los cría y ellos se jun-tan», en realidad estáis hablando de la Ley de la Atracción. Te-néis prueba de ello cuando os levantáis deprimidos, y luego durante todo el día las cosas no hacen más que empeorar, hasta que al final decís: «No tenía que haberme levantado de la cama». También podéis verlo en vuestra sociedad cuando la persona que más habla de enfermedades está enferma y la que más habla de prosperidad goza de ella. La Ley de la Atracción también es evidente cuando con el dial de la radio sintonizáis, por ejemplo, la frecuencia 630 AM, porque sabéis que las señales radiofónicas entre el centro de transmisión y tu aparato de radio han de ser idénticas.
Cuando empecéis a comprender —o para ser más exactos, a recordar— esta poderosa Ley de la Atracción, las pruebas serán evidentes, porque comenzaréis a reconocer la correlación exacta entre lo que habéis estado pensando y lo que se ha manifestado en vuestra vida. Nada aparece porque sí en vuestra experiencia. Lo atraéis todo. Sin excepción.
Puesto que esta Ley responde a vuestros pensamientos, sería correcto decir que estáis creando vuestra propia realidad. Todo lo que experimentáis lo atraéis gracias a que la Ley de la Atracción responde a los pensamientos que habéis estado proyectando. Tanto si recordáis algo del pasado como si observáis algo en el presente o imagináis el futuro, el pensamiento en que os enfocáis en vuestro poderoso presente ha activado una vibración en vuestro interior y la Ley de la Atracción responde ahora.
Con frecuencia cuando las personas se encuentran en situaciones indeseadas, están seguras de no haberlas creado. « ¡Nunca me habría hecho esto a mí mismo!», exclaman. Y aunque sabemos que no lo atrajisteis deliberadamente a vuestra experiencia, no nos queda más remedio que deciros que sólo vosotros pudisteis haberlo provocado, pues nadie más tiene el poder para atraer lo que llega a vuestra vida. Al enfocaros en esa cosa no deseada, o en su esencia, la habéis creado por defecto. Como no entendíais las Leyes del Universo, o las reglas del juego, por así decirlo, habéis invitado cosas indeseadas a vuestra experiencia porque les habéis prestado atención.
Para entender mejor la Lev de la Atracción, considérate como un imán que atrae hacia sí la esencia de lo que está pensando y sintiendo. Si te sientes gordo, no puedes atraer la delgadez. Si te sientes pobre, no puedes atraer la prosperidad, y así sucesivamente. Eso desafía a la Ley.
Pensar en algo es invitarlo
Cuanto más entiendes el poder de la Ley de la Atracción, más interés tienes en dirigir deliberadamente tus pensamientos, pues obtienes aquello en lo que piensas, tanto si lo deseas como si no.
Aquello en lo que piensas es lo que empiezas a invitar a tu experiencia, sin excepción. Cuando piensas un poco en lo que quieres, a través de la Ley de la Atracción, ese pensamiento se hace cada vez mayor y cobra más fuerza. Cuando piensas en algo que no quieres, esa misma Ley lo atrae hacia tí, y también se amplifica. Cuanto más se amplía ese pensamiento, más fuerza de atracción adquiere, y por lo tanto, más seguridad hay de que recibas esa experiencia.
Cuando ves algo que te gustaría experimentar y dices: «Sí, me gustaría tener eso», gracias a la atención que le prestas lo invitas a tu experiencia. Pero cuando ves algo que no quieres experimentar y gritas: «No, no, ¡no quiero eso!», también lo estás invitando a entrar en tu experiencia debido a la atención que le estás prestando. En este Universo basado en la atracción, no existe la exclusión. La atención que prestas a algo hace que lo incluyas en tu vibración, y si lo mantienes en tu atención o conciencia durante el tiempo suficiente, la Ley de la Atracción lo traerá a tu experiencia, puesto que el «No» no existe en un Universo que se basa en la atracción. Tu atención te dice: « ¡Sí, tráeme esto que no quiero!»
Afortunadamente, aquí, en vuestra realidad física de tiempo-espacio, las cosas no se manifiestan al instante. Hay una maravillosa memoria temporal entre que empiezas a pensar en algo y el momento en que se manifiesta. Esa memoria temporal te ofrece la oportunidad de redirigir tu atención en la dirección en que realmente quieres que se manifiesten las cosas en tu experiencia. Y mucho antes de que suceda (de hecho, cuando pensaste por primera vez en ello) puedes saber, por cómo te sientes, si eso que deseas se va a manifestar o no. Si sigues prestándole atención —tanto si es algo que deseas como si no—, se manifestará en tu experiencia.
Estas Leyes te afectan aunque no entiendas su funciona-miento o las desconozcas por completo. Y aunque nunca hayas oído hablar de la Ley de la Atracción, su poderoso efecto es evi-dente en todos los aspectos de la experiencia de tu vida.
Cuanto más reflexiones sobre lo que estás leyendo y empieces a observar la correlación entre lo que estás pensando, lo que estás diciendo y lo que obtienes, más entenderás la poderosa Ley de (a Atracción. Y cuando dirijas deliberadamente tus pensamientos y te enfoques en las cosas que quieres atraer a tu experiencia, empezarás a recibir la experiencia de la vida que deseas en todos los aspectos.
Tu mundo físico es un lugar vasto y diverso cargado de una sorprendente variedad de acontecimientos y circunstancias, algunas de las cuales apruebas (y te gustaría experimentar), y algunas de las cuales desapruebas (y no te gustaría experimentar). Cuando viniste a esta experiencia física no era tu intención pedirle al mundo que cambiara para acomodarse a tus opiniones sobre cómo deberían ser las cosas, eliminando todo lo que no apruebas y añadiendo todo lo que apruebas.
Estás aquí para crear el mundo que has elegido, a la vez que permites que el mundo exista —tal como otros eligen que sea—. Aunque sus elecciones en modo alguno obstaculizan las tuyas, tu atención a lo que los otros eligen afecta a tu vibración y, por con-siguiente, a tu punto de atracción.
Mis pensamientos tienen un poder magnético
La Ley de la Atracción y su poder magnético se extiende a todo el universo y atrae otros pensamientos, que tienen una afinidad vibratoria… y hace que eso llegue a ti: tu atención a ciertos te-mas, tu activación de pensamientos, y la respuesta de la Ley de la Atracción a esos pensamientos es la causa de todas las personas, acontecimientos y circunstancias que llegan a tu experiencia. Todas estas cosas llegan a tu vida a través de una especie de conducto magnético, pues son las homologas vibratorias de tus pensamientos.
Obtienes la esencia de lo que piensas, tanto si lo deseas como si no. Al principio puede resultarte incómodo, pero esperamos que con el tiempo llegues a apreciar la justicia, coherencia y omnipresencia de esta poderosa Ley. Una vez la entiendas y empieces a ser consciente de aquello a lo que le estás prestando atención, recobrarás el control, de la experiencia de tu vida. Cuando tengas ese control volverás a recordar que no hay nada que desees que no puedas conseguir, y que no hay nada que no quieras que no puedas liberar de tu experiencia.
Comprender la Ley de la Atracción y reconocer la correlación absoluta entre lo que has estado pensando y sintiendo —y lo que se manifiesta en tu experiencia— harán que seas más consciente del estímulo de tus propios pensamientos. Empezarás a observar que tus pensamientos se pueden estimular a raíz de leer, ver algo en la televisión, oír u observar la experiencia de otro. Una vez veas el efecto que la Ley de la Atracción tiene sobre tus pensamientos, que empiezan siendo casi imperceptibles y que van adquiriendo preponderancia y fuerza a medida que les prestas atención, sentirás el deseo de dirigir tu atención hacia aquello que deseas experimentar. Pues sea lo que fuere en lo que piensas, sin importar cuál es la fuente de estímulo de ese pensamiento, mientras le das vueltas, la Ley de la Atracción empieza a trabajar y a ofrecer otros pensamientos, conversaciones y experiencias de naturaleza similar.
Tanto si estás recordando el pasado como si estás observando el presente o imaginando el futuro, lo estás haciendo ahora, y todo aquello en lo que te enfocas activa una vibración a la que la Ley de la Atracción responde. Al principio puede que estés reflexionando en privado sobre un tema en particular, pero si piensas mucho en ello, observarás que otras personas empezarán a hablar contigo de ello, pues la Ley de la Atracción busca a otras personas que proyecten una vibración similar y las trae a tu vida. Cuanto más te enfocas en algo, más fuerza adquiere; y cuanto más fuerte es tu punto de atracción al respecto, más pruebas aparecen en tu experiencia de la vida. Tan-to si te enfocas en lo que deseas como en lo que no deseas, la prueba de tus pensamientos fluye constantemente hacia ti.
Mi Ser interior se comunica a través de la emoción
Eres mucho más de lo que ves en tu cuerpo físico, pues aunque en realidad seas un extraordinario creador físico, existes simultáneamente en otra dimensión. Hay una parte No-Física de ti —que nosotros llamamos tu Ser Interior— que existe en este preciso momento mientras estás en tu cuerpo físico.
Tus emociones son tu indicador físico de tu relación con tu Ser Interior. En otras palabras, mientras centras tu atención en un objeto y tienes tu visión y opinión específica sobre el mismo, tu Ser Interior también está enfocado en ello y tiene su propia visión y opinión. Las emociones que sientes son las que te indican tu acuerdo o desacuerdo con esas opiniones. Por ejemplo, ha sucedido algo y tu opinión actual es que deberías haberlo hecho mejor, que no eres inteligente o que no eres digno. Puesto que la opinión actual de tu Ser Interior es que lo estás haciendo bien, que eres inteligente y merecedor, hay una clara contradicción en estas opiniones y las sentirás como una emoción negativa. Por otra parte, cuando te sientes orgulloso de ti mismo o sientes amor hacia ti u otra persona, tu opinión actual está mucho más próxima a la que siente tu Ser Interior y, en ese caso, sentirás emociones positivas de orgullo, amor o aprecio.
Tu Ser Interior o Fuente de Energía siempre te ofrece una perspectiva positiva de ti, y cuando tu perspectiva coincide con ésta, se produce la atracción positiva. En otras palabras, cuanto mejor te sientes, mejor es tu punto de atracción y mejor te salen las cosas. Las vibraciones comparativas de tu perspectiva y la de tu Ser Interior son las responsables de esta espléndida Guía que siempre está a tu alcance.
Puesto que la Ley de la Atracción siempre responde y actúa a cualquier vibración que emitimos, es muy útil que entiendas que tus emociones son las que te indican si estás en el proceso de crear algo que deseas o que no deseas.
Con frecuencia, cuando nuestros amigos físicos conocen la poderosa Ley de la Atracción y empiezan a entender que atraen las cosas en virtud de lo que están pensando, intentan controlar cada pensamiento, muchas veces se ponen en guardia respecto a sus pensamientos. Pero controlar los pensamientos es difícil porque puedes pensar en muchas cosas y la Ley de la Atracción siempre trae más.
En lugar de controlar tus pensamientos, te animamos a que prestes atención a cómo te sientes. Pues si eliges un pensamiento que no está en armonía con esa parte de ti más vasta, anciana, sabia y adorable que forma tu Ser Interior, sentirás la discordia y podrás redirigir fácilmente tu pensamiento hacia algo que te haga sentirte mejor y que, por lo tanto, te beneficie. Cuando tomaste la decisión de venir a este mundo físico, sabías que tendrías acceso a este maravilloso Sistema de Guía Emocional, pues entonces eras consciente de que a través de tus omnipresentes y fantásticas emociones podrías saber si te estabas desviando de tu conocimiento más profundo o si fluías con él.
Cuando piensas en dirección hacia algo que deseas, sientes una emoción positiva. Cuando piensas en dirección hacia algo que no deseas, sientes una emoción negativa. De este modo, simplemente prestando atención a cómo te sientes, sabrás en todo momento lo que está atrayendo tu poderoso y magnético Ser.
Mi omnipresente Sistema de Guía Emocional
Vuestro maravilloso Sistema de Guía Emocional es una gran ventaja para vosotros porque la Ley de la Atracción siempre está actuando, tanto si eres consciente de ello como si no. Por eso, siempre que piensas en algo que no quieres y te enfocas en ello, atraes más de lo mismo, hasta que al final atraes los acontecimientos o las circunstancias adecuadas para experimentarlo.
Sin embargo, si eres consciente de tu Sistema de Guía Emocional y te das cuenta de cómo te sientes, en las primeras etapas sutiles observarás que estás centrando tu atención en algo que no deseas, y podrás cambiar fácilmente de pensamiento para empezar a atraer lo que sí quieres. Si no eres consciente de tus sentimientos, no te darás cuenta de que estás pensando en la dirección equivocada, y es muy probable que atraigas algo muy grande y poderoso que no quieres y a lo que te resultará más difícil enfrentarte.
Cuando se te ocurre algo y sientes entusiasmo, significa que tu Ser Interior sintoniza vibratoriamente con esa idea y tu emoción positiva es un indicador de que en este momento la vibración de tu pensamiento está en sintonía con la de tu Ser Interior. En realidad, la inspiración es eso: en el momento presente estás en sintonía perfecta con la perspectiva más amplia de tu Ser Interior y, gracias a esa sintonía, estás recibiendo una comunicación clara o Guía, de tu Ser Interior
¿Y si quiero que suceda más rápido?
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